viernes, 12 de octubre de 2012

Luna Mía.

Tú, luna mía, me robaste la vida...
Tú, luna mía, me has quitado el alma y la alegría, la poca pasión que tenía por las cosas, las ganas de levantarme cada día...
Tú, luna mía, has extirpado de mi cuerpo todo dolor, todo sufrimiento, todo calor residual de la vida que tuve, toda la humanidad que poseía, tu color es ahora el tono de mi piel...
Tú, luna mía, despierta, sal de tu sueño, devuélveme lo que me pertenece, devuélveme la vida o arráncame el corazón del pecho, que sin ti no late por más que la sangre insista en fluir, que no existe día sin noche, y no es noche sin ti, que mis pupilas no dejan de buscarte en la oscuridad cuando no estas, cuando desapareces de mi cielo y me dejas cegada, sin luz que me guíe y me saque de este lugar.
Dicen que el sol es vida, quizá el pueda darme una nueva, él, que reluce en lo alto del cielo, él, que os proporciona la seguridad que yo nunca tuve, él, que hace brillar la superficie del mar, él... Él...
Mátame... Tú, luna roja, luna de sangre, que solo quisiste otra alma rota... 

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