miércoles, 20 de febrero de 2013

La reina del corazón negro.

A veces juego a tener corazón, tu eres el rey blanco, yo la reina negra, y este es nuestro tablero de ajedrez, fingiendo ser dama y con cartas en la manga, tanto en el amor como en la guerra todo vale, y esto es una deliciosa mezcla de ambas, tu mi caballero andante situado en terreno enemigo, yo tu princesa arrogante y testaruda, la que no teme tus armas y finge ser desarmada con tan solo miradas, no juego limpio porque mi corazón es negro, llego hasta el límite de las normas y a veces incluso hago trampas, seguiré jugando hasta que te enamores, toda tu estirpe pagara tus errores, hombres de corceles blancos nacidos en la alta nobleza, todos ellos me recordarán como la que rompió tu entereza, la que rompió tus principios, la que irrumpió en su fortaleza, no tengo corazon, soy la reina negra, me arrancaron la ilusión cuando aún era tan pequeña... Ahora mi vida es mi partida, mis leyes morales mis normas, mis ojos todo lo ven, aposté mi corazón en esta partida de ajedrez.

lunes, 11 de febrero de 2013

¿Dónde se quedo el brillo de mis ojos?

¿Quién va a querer estar con alguien como yo? Tan fría como el invierno y tan dura como la piedra. Lo que no saben es que soy así porque una vez ame de verdad, cuando tenía corazón, un amor tan puro y fuerte como el impacto de una ola, como el viento de un huracán, de una forma tan loca como es posible amar, como la agitación de la arena en la orilla, como la tormenta que descarga en la ciudad, no saben que una vez desafíe las leyes de la naturaleza, como las estalactitas desafían la ley de la gravedad, que rechacé el amor más alentador por miedo a los demás, que fui estúpida en exceso, como nadar a contracorriente, que puse buena cara al mal tiempo hasta no poder más, no saben que hubo un tiempo en que mi sonrisa era natural, en que los chistes me hacían gracia como a los demás, un tiempo en el que vivía la vida de verdad, en que disfrutaba de cada segundo a su lado, en que no temía la soledad, aquellos días en que mis razonamientos eran brillantes y no temía pensar por miedo a recordar, tiempos buenos que pasaron de largo, y ahora que llevo meses sin oír su voz, meses sin poder abrazarle, al motivo de mi más sincera alegría, muerta en vida es una buena descripción, pálida y fría como la nieve, acobardada de la gente de mi alrededor, por miedo a que descubran mis lágrimas ocultas en sonrisas, mis llantos acallados con la presión en mi mandíbula, la tensión que acumulo dentro de mi, mis ganas de salir corriendo y tirar todo lo que llevo encima, huir de la vida y esconderme en un rincón, a llorar lo que no he permitido ser llorado, a sufrir lo que no me permití sentir, sólo quiero desaparecer, que me trague la tierra, desvanecerme para aparecer en la nada, en un lugar ideal donde olvidar esos cortos besos que me han causado tanto dolor. Que vuelva a aparecer en mi ese brillo en los ojos, esa chispa de vida.